Quo vadis CardioULA: Presente y futuro de la cardiología venezolana

Hoy, Día del Cardiólogo en Venezuela, recordamos 71 años de la Sociedad Venezolana de Cardiología y miramos un futuro que exige acción. Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte en el país, responsables del 24 % de la mortalidad total y con un 38 % de muertes prematuras. Mientras el mundo avanza hacia la meta 2030 de reducir en 30 % la mortalidad cardiovascular, Venezuela enfrenta brechas asistenciales, epidemiológicas y preventivas que amenazan su capacidad de respuesta. CardioULA y la SVC tienen la oportunidad histórica de liderar un cambio real: fortalecer la formación continua, modernizar la atención, integrar tecnología y datos, y alinear nuestra práctica con las estrategias globales y los ODS. El reto es unir legado y visión, ciencia y compromiso social. El futuro de la cardiología en Venezuela depende de lo que hagamos hoy.

Quo vadis CardioULA: Presente y futuro de la cardiología venezolana

Hoy, Día del Cardiólogo en Venezuela, recordamos 71 años de la Sociedad Venezolana de Cardiología y miramos un futuro que exige acción. Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte en el país, responsables del 24 % de la mortalidad total y con un 38 % de muertes prematuras. Mientras el mundo avanza hacia la meta 2030 de reducir en 30 % la mortalidad cardiovascular, Venezuela enfrenta brechas asistenciales, epidemiológicas y preventivas que amenazan su capacidad de respuesta. CardioULA y la SVC tienen la oportunidad histórica de liderar un cambio real: fortalecer la formación continua, modernizar la atención, integrar tecnología y datos, y alinear nuestra práctica con las estrategias globales y los ODS. El reto es unir legado y visión, ciencia y compromiso social. El futuro de la cardiología en Venezuela depende de lo que hagamos hoy.

Introducción

La cardiología venezolana ha transitado, en menos de un siglo, un camino que va desde las primeras prácticas incipientes, impulsadas por pioneros como Heberto Cuenca en la década de 1920, hasta la consolidación institucional con la creación de la Sociedad Venezolana de Cardiología (SVC) el 10 de agosto de 1954 (1). Estos hitos se acompañaron de avances significativos en formación académica, investigación clínica y desarrollo de infraestructura, como la instalación de los primeros laboratorios de hemodinamia y la realización de cirugía cardiovascular con circulación extracorpórea (1). 

Sin embargo, la segunda década del siglo XXI encuentra a Venezuela inmersa en una de las crisis cardiovasculares más graves de su historia reciente. En 2021, las enfermedades cardiovasculares (ECV) fueron responsables de 65.999 muertes, el 24 % de toda la mortalidad nacional, con un 38 % de estas defunciones ocurriendo en edad prematura, antes de los 71 años (2). La cardiopatía isquémica, en particular, provocó 40.260 defunciones, lo que representa el 61 % de la mortalidad cardiovascular y el 14,7 % de la mortalidad total (2). Estas cifras superan los promedios de la región de las Américas y reflejan una combinación de alta prevalencia de factores de riesgo, insuficiente control de enfermedades crónicas y debilidades estructurales en la red asistencial (2). 

En el ámbito internacional, la World Heart Federation (WHF) advierte que el mundo enfrenta un incremento sostenido en el número de casos y muertes por ECV, proyectando más de 22 millones de muertes anuales para 2030 si no se adoptan medidas urgentes (3). Su estrategia World Heart Vision 2030 plantea objetivos concretos, como reducir en al menos un 30 % la mortalidad cardiovascular estandarizada por edad y garantizar el acceso equitativo a la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación cardiovascular en todos los países (3,4). 

En este contexto, CardioULA, como centro académico y asistencial de referencia en la región andina, se encuentra ante el desafío de integrar el legado histórico de la cardiología venezolana con las prioridades globales en salud cardiovascular. Esto exige fortalecer la investigación epidemiológica, modernizar la formación de recursos humanos y promover políticas públicas basadas en evidencia, alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y con las directrices estratégicas de la WHF (3,4).

 

El panorama mundial de las enfermedades cardiovasculares

Las ECV constituyen la principal causa de muerte a nivel global desde hace más de dos décadas, superando al cáncer, las infecciones y las enfermedades respiratorias crónicas (7). Se estima que en 2019 causaron 17,9 millones de muertes, lo que representa el 32 % de todas las defunciones mundiales, y que más de tres cuartas partes de estas muertes ocurrieron en países de ingresos bajos y medianos (7,8). 

Dentro de las ECV, la cardiopatía isquémica y el accidente cerebrovascular son responsables de más del 85 % de la mortalidad cardiovascular mundial (7). Las proyecciones de la WHF y la Lancet Commission on Cardiovascular Disease estiman que, sin intervenciones efectivas, el número de muertes anuales por ECV podría superar los 22 millones para el año 2030, con un impacto económico que amenaza la sostenibilidad de los sistemas de salud y el desarrollo económico de múltiples regiones (3,8). 

El análisis de los determinantes sociales y ambientales de las ECV muestra que la transición demográfica y epidemiológica, el envejecimiento poblacional, el aumento de la obesidad, el tabaquismo y la exposición a dietas no saludables son factores clave en el incremento sostenido de la carga cardiovascular (7,9). Además, fenómenos globales como el cambio climático, la contaminación del aire y las crisis humanitarias agravan la situación, afectando especialmente a poblaciones vulnerables (9,10).

 

En respuesta, la WHF propone en su World Heart Vision 2030 (3) un enfoque basado en cuatro prioridades estratégicas: 

  1. Equidad en salud cardiovascular: reducir las desigualdades de acceso a prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación. 
  2. Implementación de la evidencia: cerrar la brecha entre la investigación y la práctica clínica. 
  3. Innovación tecnológica y digital: ampliar la cobertura con soluciones de telemedicina y dispositivos portátiles. 
  4. Integración con la agenda planetaria: abordar los determinantes ambientales y climáticos de la salud cardiovascular. 

La consecución de estas metas requiere una acción coordinada entre gobiernos, sociedades científicas, academia y comunidad internacional, en línea con los ODS, particularmente la meta 3.4, que busca reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles para 2030 (10,11).

 El presente: panorama epidemiológico y asistencial en Venezuela

La cardiología en Venezuela se enfrenta a una realidad en la que las ECV constituyen la primera causa de muerte desde finales de la década de 1960 (1,2). En 2021, la tasa nacional de mortalidad cardiovascular fue de 148 por 100.000 habitantes, alcanzando 283 en hombres y 214,6 en mujeres (2). Un 38 % de las muertes cardiovasculares ocurren en edad laboral activa, lo que añade un impacto económico y social significativo (2). 

La brecha entre la magnitud del problema y la respuesta institucional es amplia. La falta de un sistema de vigilancia epidemiológica robusto ha derivado en subregistros: mientras las estimaciones señalan alrededor de 37.658 nuevos casos de infarto agudo de miocardio en 2021, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica reportó solo 2.685 (2). Esto limita la capacidad de diseñar y evaluar intervenciones costo-efectivas. 

Desafíos estructurales

Los retos de la cardiología venezolana pueden agruparse en tres ejes: 

  1. Asistencial: desarticulación entre niveles de atención, carencia de insumos y tecnología en hospitales públicos, y concentración de servicios de alta complejidad en pocas ciudades (2). 
  2. Epidemiológico: ausencia de registros nacionales integrados y digitalizados que permitan evaluar incidencia, letalidad y resultados de intervenciones (2). 
  3. Preventivo: escasa cobertura en detección y control de hipertensión, diabetes y dislipidemia, y baja penetración de programas de rehabilitación cardiovascular (2). 
  4. Desarrollo profesional continuo y cambio de paradigma educativo

La magnitud de la crisis cardiovascular exige que el recurso humano médico mantenga un alto nivel de competencia técnica y ética. La SVC ha identificado que el modelo tradicional de Educación Médica Continua (EMC), centrado en conferencias magistrales y eventos aislados, tiene un impacto formativo limitado y no garantiza mejoras sostenidas en la práctica clínica (5,6). Estudios internacionales han demostrado que este enfoque rara vez modifica la conducta profesional y presenta escasa correlación con mejoras en los resultados de los pacientes (6). 

En respuesta, la SVC propone un nuevo modelo de desarrollo profesional continuo que: 

  1. Se base en competencias y resultados del aprendizaje. 
  2. Utilice entornos reales o simulados de práctica clínica. 
  3. Incorpore metodologías activas, tecnologías educativas y entornos virtuales de aprendizaje (5,6). 
  4. Mantenga la recertificación médica como garantía de calidad y compromiso social (5). 

Este cambio de paradigma educativo es especialmente relevante para instituciones académicas como CardioULA, que pueden integrar la formación de postgrado, la educación continua y la investigación aplicada en un mismo marco estratégico. 

Rol estratégico de CardioULA y la SVC

El liderazgo de CardioULA y la SVC puede ser determinante si se articula una agenda nacional con:

  1.  Plan Nacional de Acción Cardiovascular con metas medibles y alineadas a los ODS (4). 
  2. Reactivación del Programa Cardiovascular histórico, integrando registros digitales y telemedicina (1). 
  3. Fortalecimiento de la formación continua y de la investigación clínica aplicada a la realidad venezolana (2,5,6). 
  4. Participación activa en redes internacionales, garantizando representación en foros de toma de decisión global (3,4).

 Diálogo y acción en políticas públicas

El reto que enfrenta la cardiología en Venezuela no se resolverá únicamente desde la excelencia clínica o la investigación científica. Se requiere un diálogo continuo y propositivo entre la comunidad cardiológica, el Estado, la sociedad civil, las universidades, el sector privado y las organizaciones internacionales.

La SVC, CardioULA y otras instituciones académicas tienen la autoridad técnica y la legitimidad social para influir en la formulación y ejecución de políticas públicas que prioricen la salud cardiovascular como parte esencial de la agenda nacional de desarrollo. Esto incluye la integración de la prevención y tratamiento de las ECV en los planes de salud, la asignación eficiente de recursos, la modernización de la infraestructura hospitalaria y la implementación de registros nacionales.

Influir en políticas públicas no es un acto puntual, sino un proceso sostenido de incidencia, respaldado por evidencia científica, consensos profesionales y el compromiso ético de reducir la carga cardiovascular y mejorar la calidad de vida de la población. 

Luchar contra la transformación crematística de la cardiología en Venezuela

La cardiología venezolana, como muchas especialidades médicas, enfrenta el riesgo de una deriva crematística: priorizar la rentabilidad económica sobre la misión social y sanitaria (12). Este fenómeno, alimentado por la crisis del sistema público, la falta de regulación efectiva y la presión del mercado, amenaza con desplazar los principios éticos que históricamente han sustentado la profesión médica.

La paradoja del médico-empresario radica en que la medicina es, a la vez, un servicio esencial y una actividad que requiere sostenibilidad económica. El desafío es evitar que el afán de lucro distorsione las decisiones clínicas, comprometa la equidad y erosione la confianza de los pacientes (12).

Frente a esto, CardioULA y la SVC pueden liderar un modelo socialmente rentable, inspirado en experiencias como ASCARDIO, que equilibra viabilidad financiera y justicia social. Esto implica:

  • Implementar programas de atención cardiovascular accesibles y de alta calidad.

  • Reinvertir excedentes en infraestructura, investigación y formación.

  • Transparentar costos y procesos, fortaleciendo la confianza pública.

Resistir la transformación crematística no es un acto de nostalgia, sino una estrategia de supervivencia ética que garantiza que la cardiología siga siendo un bien público, más allá de las coyunturas económicas. 

Conclusión

El presente de la cardiología en Venezuela refleja un contraste entre una tradición científica sólida y una crisis sanitaria compleja. El futuro dependerá de la capacidad de unir el legado de los pioneros (1) con las estrategias globales (3,4), cerrar brechas de acceso y fortalecer la respuesta nacional a la epidemia cardiovascular. Alcanzar la meta de “salud cardiovascular para todos” no es solo un objetivo técnico: es un imperativo ético, social y nacional.

Referencias

  1. Historia de la cardiología en Venezuela. Entrevista al Dr. Juan José Puigbó. En: Historia de la Cardiología en Venezuela. Sociedad Venezolana de Cardiología; 2020. p. 1-35.
  2. Núñez T. La carga de enfermedad cardiovascular en Venezuela 2021. Instituto Educardio [Internet]. 2023 [citado 10 ago 2025]. Disponible en: https://institutoeducardio.net/la-carga-de-enfermedad-cardiovascular-en-venezuela-2021/
  3. World Heart Federation. World Heart Vision 2030: Driving Policy Change. Geneva: WHF; 2022.
  4. World Heart Federation. Strategy 2024-2026: Cardiovascular Health for Everyone. Geneva: WHF; 2024.
  5. Núñez T. El nuevo modelo de desarrollo profesional continuo de la Sociedad Venezolana de Cardiología: un llamado al cambio de paradigma educativo. Avances Cardiol. 2015;35(3):145-146.
  6. Núñez T. El nuevo modelo de desarrollo profesional continuo de la Sociedad Venezolana de Cardiología: excesivos gastos y esfuerzos con escaso impacto formativo de la educación médica continua. Avances Cardiol. 2015;35(4):205-208.
  7. World Health Organization. Cardiovascular diseases (CVDs) [Internet]. Geneva: WHO; 2023 [citado 10 ago 2025]. Disponible en: https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/cardiovascular-diseases-(cvds)
  8. Roth GA, Mensah GA, Johnson CO, et al. Global Burden of Cardiovascular Diseases and Risk Factors, 1990–2019. J Am Coll Cardiol. 2020;76(25):2982-3021.
  9. World Heart Federation. 2023 WHF Policy Brief: Climate Change and Cardiovascular Disease. Geneva: WHF; 2023.
  10. United Nations. Transforming our world: the 2030 Agenda for Sustainable Development. New York: United Nations; 2015.
  11. United Nations. The Sustainable Development Goals Report 2023. New York: United Nations; 2023.
  12. Núñez T. La paradoja del médico-empresario: modelos sociales rentables frente a la medicina crematística en Venezuela. Instituto Educardio [Internet]. 2023 [citado 10 ago 2025]. Disponible en: https://institutoeducardio.net/la-paradoja-del-medico-empresario-modelos-sociales-rentables-frente-a-la-medicina-crematistica-en-venezuela/