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May 15, 2025 | Neurocardiologia

Centro Clínico: Hacia una nueva frontera clínica. El Grupo de Trabajo en NeuroCardiología para la Reperfusión de Emergencia del ACV Isquémico

El accidente cerebrovascular isquémico (ACV) es una emergencia médica devastadora que requiere atención inmediata. En una población que envejece el riesgo es cada vez mayor. En Mérida, no existe un programa activo de trombectomía cerebral, a pesar de contar con talento humano capacitado y servicios clínicos de alto nivel. El Centro Clínico puede liderar una transformación histórica: crear un Grupo de Trabajo en NeuroCardiología para la reperfusión de emergencia del ACV, integrando neurología, neurocirugía y cardiología intervencionista. Esta unidad funcional, basada en evidencia científica, replicaría el modelo exitoso del infarto agudo de miocardio, salvando vidas y funciones cerebrales. Se trata de una oportunidad médica, ética e institucional. No requiere inversiones millonarias, sino decisión, organización y cooperación. Donde otros ven limitaciones, nuestro Centro puede marcar una frontera clínica nacional. Actuar ahora es responder al llamado de nuestro tiempo con liderazgo, ciencia y compromiso social. El próximo paciente puede ser uno de los nuestros. Y el momento de actuar es hoy.

Centro Clínico: Hacia una nueva frontera clínica. El Grupo de Trabajo en NeuroCardiología para la Reperfusión de Emergencia del ACV Isquémico

El accidente cerebrovascular isquémico (ACV) es una emergencia médica devastadora que requiere atención inmediata. En una población que envejece el riesgo es cada vez mayor. En Mérida, no existe un programa activo de trombectomía cerebral, a pesar de contar con talento humano capacitado y servicios clínicos de alto nivel. El Centro Clínico puede liderar una transformación histórica: crear un Grupo de Trabajo en NeuroCardiología para la reperfusión de emergencia del ACV, integrando neurología, neurocirugía y cardiología intervencionista. Esta unidad funcional, basada en evidencia científica, replicaría el modelo exitoso del infarto agudo de miocardio, salvando vidas y funciones cerebrales. Se trata de una oportunidad médica, ética e institucional. No requiere inversiones millonarias, sino decisión, organización y cooperación. Donde otros ven limitaciones, nuestro Centro puede marcar una frontera clínica nacional. Actuar ahora es responder al llamado de nuestro tiempo con liderazgo, ciencia y compromiso social. El próximo paciente puede ser uno de los nuestros. Y el momento de actuar es hoy.

Una nueva urgencia clínica nos convoca

Desde hace 48 años, el Centro Clínico Dr. Marcial Ríos Morillo ha sido sinónimo de vocación médica, conciencia institucional y evolución constante (1). Hoy, una nueva urgencia clínica exige una respuesta audaz y estructurada: el accidente cerebrovascular isquémico agudo (ACV-IA).

El ACV es una de las principales causas de muerte y discapacidad en Venezuela y el mundo. En al menos el 35% de los casos, se debe a la oclusión trombótica de grandes vasos cerebrales (OGV), y en estos pacientes, la trombectomía mecánica representa el tratamiento más eficaz cuando se aplica dentro de una ventana que puede extenderse hasta 24 horas en casos seleccionados (2, 3).

 

La brecha que duele: geografía, tiempo y ausencia de red

Venezuela carece de una red nacional efectiva para la atención del ACV isquémico con dispositivos de reperfusión mecánica. Mérida, en particular, no cuenta con un programa activo de trombectomía cerebral a pesar de poseer servicios de neurología clínica, neurocirugía, imagenología avanzada, cuidados críticos y hemodinamia altamente capacitados.

La razón no es la falta de conocimiento, sino la ausencia de una estructura funcional multidisciplinaria que active el tratamiento en la primera línea de atención médica, similar a lo que ocurre con el infarto agudo de miocardio con elevación del ST (IAMCEST) (2).

 

Un modelo probado: adaptar lo aprendido del IAM al ACV

Centros asistenciales en Europa y Estados Unidos han documentado la integración de cardiólogos intervencionistas con experiencia en stents carotídeos a programas de rescate neurológico en hospitales comunitarios, con excelentes resultados (3). La clave ha sido replicar la estrategia “puerta-balón” del IAM al campo del “infarto cerebral”, donde el tiempo es cerebro (2).

No se trata de sustituir a los neurointervencionistas —que escasean incluso en países desarrollados—, sino de crear redes funcionales locales con el talento disponible, adaptando los protocolos internacionales a nuestra realidad institucional (3).

 

La propuesta: Grupo de Trabajo en Cardioneurología (GTC-ACV)

Proponemos formalmente la creación del Grupo de Trabajo en Cardioneurología para la Reperfusión de Emergencia del ACV Isquémico, una unidad funcional integrada por:

  • Neurología clínica, para diagnóstico precoz, estratificación y activación del código ACV.
  • Neurocirugía, para juicio anatómico y abordaje quirúrgico si es necesario.
  • Cardiología intervencionista, con experiencia en acceso vascular urgente y tratamiento endovascular.
  • Imagenología, para tomografía, angiotomografía y perfusión cerebral.
  • Emergencia y UCI, para soporte vital y manejo postoperatorio.
  • Enfermería especializada, logística y documentación de red.

Todo esto con un protocolo institucional basado en la mejor evidencia científica, coordinado desde la Sociedad Médica y con respaldo académico de Educardio (4).

 

Una oportunidad histórica de liderazgo institucional

Esta propuesta no solo responde a una necesidad médica, sino a una vocación institucional de transformación desde el saber médico (5). Representa:

  • Una solución médica realista y basada en recursos locales.
  • Un impulso al prestigio científico y académico del Centro.
  • Una contribución directa a la reducción de discapacidad y mortalidad neurológica en nuestra región.
  • Una vitrina ética de cómo actuar ante la inequidad en salud.

 

Cuando el corazón y el cerebro se unen, el tiempo se transforma en vida

El Centro Clínico Dr. Marcial Ríos Morillo ha sabido reinventarse muchas veces desde su fundación. Hoy, puede hacerlo nuevamente, liderando el nacimiento de una unidad funcional pionera en Venezuela para la reperfusión de emergencia del ACV isquémico, integrando neurología, neurocirugía y cardiología como un solo equipo clínico, con un solo propósito: salvar vidas y funciones humanas.

Porque donde otros ven una frontera imposible, nosotros vemos una posibilidad ética y científica de avanzar. Y ese, precisamente, ha sido siempre el espíritu del Centro.

Fundamentos estratégicos del Grupo de Trabajo en Cardioneurología

Misión

Brindar atención especializada, oportuna y basada en evidencia científica a pacientes con accidente cerebrovascular isquémico agudo, mediante un equipo multidisciplinario que integre neurología clínica, neurocirugía, cardiología intervencionista, imagenología y cuidados críticos, con el propósito de optimizar la reperfusión cerebral y reducir las secuelas funcionales, la mortalidad y la inequidad en el acceso al tratamiento en la región andina.

 

Visión

Consolidarnos como un grupo clínico de referencia nacional e internacional en la implementación de un modelo innovador y replicable de atención endovascular de emergencia para el ictus isquémico, articulando saberes médicos de alta especialización en función de un mismo objetivo: restaurar la vida funcional, uniendo el corazón y el cerebro en cada decisión médica.

 

Principios rectores

  1. Primacía del bienestar del paciente: toda decisión debe colocar la vida, la dignidad y la funcionalidad neurológica del paciente como el fin último.
  2. Interdisciplinariedad ética: neurología, neurocirugía, cardiología, UCI e imagenología se complementan, no se sustituyen.
  3. Urgencia basada en evidencia: actuar en minutos, pero con fundamentos científicos, protocolos claros y estándares consensuados.
  4. Equidad territorial: llevar soluciones a regiones sin cobertura neurointervencionista continua.
  5. Innovación institucional responsable: adaptar experiencias internacionales exitosas a la realidad médica, tecnológica y humana del CCMRM.

 

Valores institucionales del grupo

  • Excelencia clínica compartida: el saber colectivo como capital institucional.
  • Vocación humanista: tratar al paciente como sujeto, no como síntoma.
  • Compromiso transformador: convertir las carencias en oportunidades clínicas.
  • Transparencia y corresponsabilidad: decisiones conjuntas, comunicación clara.
  • Respeto entre especialidades: cada una aporta desde su núcleo de competencia.

 

El Factor C: la clave simbólica y operativa del grupo

El Factor C representa la esencia operativa y ética del Grupo de Trabajo en Cardioneurología. Resume los cinco elementos que le dan sentido y cohesión:

  • Cerebro: el juicio clínico de la neurología y la neurocirugía.
  • Corazón: la urgencia intervencionista, el compromiso emocional y la técnica cardiovascular.
  • Cooperación: equipos que se interrelacionan, no jerarquizan.
  • Compromiso: constancia, disciplina y ética ante el tiempo que corre.
  • Comunidad: el paciente y su entorno, como razón última de la acción médica.

 

Referencias

  1. Instituto Educardio. Centro Clínico Dr. Marcial Ríos Morillo: 48 años de servicio y conciencia médica en tiempos de transformación.
  2. White CJ, Cates CU, Cowley MJ, et al. Interventional stroke therapy: current state of the art and needs assessment. Catheter Cardiovasc Interv. 2007;70(3):471–476.
  3. Guidera S, Boland D, McGarvey J, Walton D. TCT-210 3-Year Experience with Cath Lab-based Acute Stroke Rescue Program in a Community Hospital. J Am Coll Cardiol. 2018;72(13 Suppl):B88–B89.
  4. Instituto Educardio. La Sociedad Médica del Centro Clínico: su razón de ser.
  5. Instituto Educardio. Centro Clínico: motor de transformación institucional. Sostenibilidad desde el saber médico.