Introducción
Las recientes tensiones geopolíticas en el Caribe y las medidas extraordinarias adoptadas por el gobierno venezolano —incluyendo decretos de conmoción exterior, ampliación de facultades ejecutivas y posibles restricciones sobre servicios esenciales— obligan a examinar sus implicaciones para la atención médica privada. En un país donde el sector privado sostiene buena parte de la capacidad asistencial, cualquier alteración en la operatividad puede comprometer la seguridad sanitaria de la población.
El Manual Esfera establece que, en situaciones de desastre o conflicto, todas las personas tienen derecho a vivir con dignidad y a acceder a servicios esenciales de salud, garantizando continuidad, equidad y protocolos estandarizados que mantengan la funcionalidad del sistema sanitario aun bajo condiciones adversas (1). Por su parte, la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO exige que toda decisión estatal respete la dignidad humana, priorice el bienestar de las personas y proteja de manera especial a los grupos vulnerables, incluso durante emergencias o medidas excepcionales (2).
Desde esta perspectiva, las acciones de seguridad nacional deben analizarse no sólo como decisiones políticas o estratégicas, sino también como factores que pueden afectar directamente la capacidad de clínicas y hospitales privados para cumplir con los estándares éticos y humanitarios de protección, neutralidad y continuidad asistencial.
Marco conceptual: principios humanitarios y bioéticos aplicables a la continuidad asistencial
La comprensión de las implicaciones que las medidas gubernamentales excepcionales pueden tener sobre la atención médica privada exige apoyarse en marcos internacionales sólidos que orientan la acción sanitaria en contextos de riesgo, inestabilidad o conflicto.
El Manual Esfera establece que los sistemas de salud deben funcionar como estructuras interdependientes que garanticen acceso, seguridad, equidad, disponibilidad de medicamentos, protocolos estandarizados y continuidad operativa, incluso en situaciones de desastre o perturbación grave (1). Además, subraya que la protección de la población afectada implica mantener los servicios esenciales de salud en funcionamiento, evitando interrupciones que puedan aumentar la morbilidad y mortalidad, especialmente en grupos vulnerables (1).
De forma complementaria, la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO sostiene que las decisiones de los Estados deben respetar plenamente la dignidad humana y priorizar los intereses y el bienestar de las personas por encima de consideraciones exclusivas de seguridad o conveniencia institucional (2). La Declaración también establece la obligación de proteger a individuos y comunidades vulnerables, garantizar igualdad, justicia y equidad en el acceso a servicios sanitarios y asegurar que las medidas públicas no profundicen riesgos ni desigualdades (2).
Ambos instrumentos convergen en un principio central: la atención en salud debe permanecer protegida, neutral y funcional, aun cuando existan tensiones políticas, emergencias o escenarios de seguridad nacional. Esto convierte a la red privada en un componente esencial para preservar la continuidad asistencial y la dignidad humana durante periodos de incertidumbre.
Implicaciones de los decretos y medidas gubernamentales para la atención médica privada
Las medidas adoptadas por el gobierno venezolano en respuesta a tensiones y posibles acciones armadas en el Caribe —incluyendo decretos de conmoción exterior, control excepcional de servicios esenciales y reorganización de la defensa integral— pueden generar efectos significativos en la atención médica privada. A continuación se presentan las principales áreas de impacto.
Riesgo para la continuidad operativa de los servicios esenciales
Desde la perspectiva de Esfera, la interrupción del acceso al agua, electricidad, combustible, telecomunicaciones o suministros médicos compromete directamente la capacidad de los sistemas de salud para cumplir su obligación de prestar servicios seguros, continuos y eficaces (1). Los decretos que permiten al Ejecutivo asumir control temporal de estos recursos pueden afectar quirófanos, unidades de cuidados intensivos, hemodinamia, terapia renal y emergencias, aumentando la vulnerabilidad de pacientes críticos.
Impacto sobre poblaciones vulnerables y pacientes crónicos
La UNESCO establece que los Estados deben priorizar el bienestar de las personas y proteger a los grupos vulnerables, garantizando igualdad y equidad en el acceso a la atención sanitaria (2). Toda medida que limite movilidad, disponibilidad de transporte, horas de operación o acceso a medicamentos puede agravar las condiciones de pacientes con enfermedades cardiovasculares, oncológicas, metabólicas o dependientes de terapias continuas.
Potencial sobrerregulación o requisición de recursos clínicos
En situaciones excepcionales, el Estado puede solicitar uso prioritario de camas, ambulancias, espacios hospitalarios o personal. Sin embargo, los principios humanitarios exigen que incluso en estas circunstancias se respete la neutralidad del espacio sanitario y que las decisiones no vulneren la dignidad ni el derecho a la salud de la población civil (1)(2).
Incremento de la demanda asistencial por contingencias de seguridad
Escenarios de movilización militar, desplazamiento interno o alteración del orden público pueden aumentar la demanda de atención emergente. Esfera establece que los sistemas deben contar con triage estandarizado, rutas de derivación y protocolos de respuesta masiva para evitar mortalidad prevenible (1).
Tensiones entre seguridad nacional y responsabilidad social en salud
La Declaración de Bioética recuerda que las decisiones públicas no pueden priorizar intereses estratégicos por encima del bienestar de los individuos (2). Las clínicas privadas deben equilibrar esta realidad con su responsabilidad social: garantizar acceso, continuidad y protección del paciente incluso bajo restricciones externas.
Escenarios Específicos de Vulnerabilidad
Las medidas excepcionales adoptadas por el Estado pueden afectar de manera diferente a cada área asistencial. Los siguientes escenarios representan puntos críticos donde la interrupción operativa tendría un impacto sanitario severo.
Hemodinamia y cardiología intervencionista
La cardiología intervencionista depende de insumos altamente especializados, energía estable, gases medicinales y equipos de alta precisión. Interrupciones de electricidad, fallas en la cadena de suministro o restricciones de movilidad comprometerían procedimientos como angioplastias, cierres percutáneos y manejo del síndrome coronario agudo. Según Esfera, la continuidad de servicios críticos es un componente esencial de la respuesta sanitaria en contextos de desastre (1).
Oncología y terapias de alta complejidad
Los pacientes oncológicos requieren esquemas de tratamiento continuos, infusiones programadas, monitoreo clínico estrecho y disponibilidad garantizada de medicamentos. Cualquier interrupción vulnera el principio de protección de grupos especialmente frágiles, establecido por la Declaración de Bioética (2).
Cirugía mayor y cuidados intensivos
Los servicios quirúrgicos y de terapia intensiva son altamente dependientes de ventiladores, monitores, bombas de infusión, oxígeno y personal especializado. Las fallas en combustible, transporte o insumos podrían limitar la capacidad para realizar cirugías electivas y de emergencia, afectando directamente la mortalidad evitable.
Atención prehospitalaria
Las restricciones de movilidad, disponibilidad de combustible o controles militares pueden afectar ambulancias, tiempos de respuesta y traslado de pacientes críticos. Esto contradice la obligación de garantizar acceso oportuno y equitativo a la salud incluso durante emergencias (1)(2).
Transporte de insumos y pacientes en situación de conflicto
Bloqueos logísticos, controles de carretera o priorización militar de rutas pueden retrasar la llegada de medicamentos, hemoderivados y repuestos biomédicos. Asimismo, el transporte de pacientes vulnerables podría verse limitado, aumentando complicaciones previsibles.
Recomendaciones operativas para fortalecer la resiliencia de la atención médica privada
Dado el potencial impacto de las medidas gubernamentales excepcionales sobre la continuidad asistencial, las instituciones privadas deben adoptar estrategias orientadas a garantizar estabilidad operativa, equidad y protección del paciente, en coherencia con los estándares humanitarios y bioéticos internacionales.
Establecer un Marco Institucional de Contingencia
El Manual Esfera recomienda que los sistemas de salud cuenten con planes de respuesta claros, basados en estándares mínimos, protocolos estandarizados y una estructura de gobernanza que permita coordinar acciones durante situaciones críticas (1).
Las clínicas privadas deben contar con un Reglamento de Contingencia aprobado formalmente por su Junta Directiva o Asamblea de Accionistas, que incluya:
- Escenarios de riesgo previstos.
- Cadena de mando clínico-administrativa.
- Protocolos de triage y respuesta masiva.
- Plan de continuidad de operaciones esenciales.
Crear inventarios estratégicos de insumos esenciales
La continuidad asistencial depende de la disponibilidad de medicamentos, catéteres, hemoderivados, oxígeno, combustible y suministros vitales. Esfera indica que los sistemas deben anticipar interrupciones y proteger la logística sanitaria mediante reservas calculadas (1).
Se recomienda establecer inventarios mínimos de 30–45 días para servicios críticos como UCI, hemodinamia, oncología y emergencias.
Proteger a los grupos vulnerables y garantizar equidad
La Declaración de Bioética exige que toda acción institucional priorice la dignidad humana, evite discriminación y asegure acceso equitativo a la salud, especialmente para personas vulnerables o con enfermedades crónicas (2).
Esto implica:
Identificar poblaciones de alto riesgo.
Asegurar continuidad de terapias esenciales (cardiológicas, oncológicas, metabólicas).
Mantener canales de comunicación directa para seguimiento de pacientes frágiles.
Fortalecer la seguridad del espacio clínico
La neutralidad y protección del espacio sanitario son principios fundamentales tanto para Esfera como para la Declaración de Bioética (1)(2).
Las clínicas deben implementar:
- Protocolos de seguridad física.
- Controles de acceso no militarizados.
- Rutas de evacuación y manejo de incidentes.
- Protección del personal de salud, evitando coerciones o usos inapropiados de infraestructura.
Implementar programas de capacitación y simulacros
Esfera enfatiza la importancia de entrenamiento continuo en manejo de emergencias, triage, comunicación de crisis y respuesta sanitaria coordinada (1).
Las clínicas privadas deben realizar:
- Simulacros interdisciplinarios cada 6 meses.
- Capacitación en bioética aplicada en escenarios de crisis.
- Entrenamiento en toma de decisiones rápidas, seguras y transparentes.
Garantizar decisiones éticas y transparentes
La Declaración de Bioética subraya que toda decisión debe basarse en integridad, transparencia, ausencia de conflicto de interés y evaluación periódica del riesgo (2).
Las clínicas deben:
- Activar comités de ética asistencial en contingencias.
- Documentar decisiones complejas en historias clínicas y actas internas.
- Mantener comunicación clara con pacientes, familiares y trabajadores.
Asegurar comunicación institucional confiable
La crisis genera incertidumbre. Esfera establece que la información debe ser clara, accesible y oportuna (1).
Las clínicas deben:
- Mantener canales oficiales de información para personal, pacientes y aliados.
- Evitar mensajes alarmistas o contradictorios.
- Garantizar reportes periódicos de operatividad.
Conclusión
Las medidas y decretos adoptados por el gobierno venezolano ante tensiones geopolíticas en el Caribe introducen un escenario que puede comprometer la continuidad operativa de la atención médica privada. Este análisis muestra que, tanto desde el enfoque humanitario del Manual Esfera como desde los principios de la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, la prioridad ética fundamental es garantizar que la población mantenga acceso a servicios esenciales de salud, con dignidad, equidad y protección (1)(2).
Las clínicas privadas tienen un papel estratégico en este contexto. Son responsables de fortalecer su resiliencia institucional, anticipar riesgos, asegurar inventarios críticos, proteger a los grupos vulnerables y mantener la neutralidad del espacio sanitario, incluso bajo medidas excepcionales del Estado. La adopción de marcos de contingencia, gobernanza clínica sólida y procesos éticos de toma de decisiones permite honrar estos compromisos internacionales.
En tiempos de incertidumbre, la atención médica privada no sólo es un prestador de servicios, sino un garante de derechos humanos fundamentales. Su capacidad de responder de manera organizada, transparente y basada en principios éticos es esencial para preservar la vida, la salud y la dignidad humana en situaciones de tensión nacional (1)(2).
Referencias
-
The Sphere Project. El Manual Esfera: Carta Humanitaria y Normas Mínimas para la Respuesta Humanitaria. Ginebra: Sphere Association; 2018. Disponible en: https://spherestandards.org/es/
-
UNESCO. Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos. París: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura; 2005. Disponible en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000146180_spa



