El Global Burden of Disease Study 2021
El Global Burden of Disease Study 2021 (GBD 2021) es una herramienta fundamental para comprender la carga global de enfermedades, incluidas las enfermedades no transmisibles (ENT)(1-3). Este estudio proporciona un análisis detallado y sistemático de las causas de mortalidad y morbilidad en 204 países y territorios, permitiendo evaluar el impacto de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes, las enfermedades respiratorias crónicas y las enfermedades renales crónicas en la salud pública mundial(1-3).
Su importancia radica en ofrecer datos basados en evidencia para guiar políticas de salud, establecer prioridades de intervención y monitorear el progreso hacia los objetivos de salud internacionales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)(4). Además, al evaluar las tendencias de mortalidad y morbilidad a lo largo de tres décadas, el GBD 2021 facilita la identificación de patrones emergentes, como el impacto disruptivo de la pandemia de COVID-19 en las tasas de mortalidad globales, lo cual es crucial para planificar respuestas efectivas en futuras emergencias sanitarias(1,2).
Desde el punto de vista metodológico, el GBD 2021 utilizó una combinación robusta de fuentes de datos, incluidas estadísticas de registros vitales, autopsias verbales, encuestas de salud, censos y registros específicos de enfermedades, lo que permitió estimar la mortalidad y los años de vida ajustados por discapacidad (DALYs) para 288 causas de muerte(1-4).
Para la estimación de las cifras de mortalidad, el estudio empleó el modelo Cause of Death Ensemble Model (CODEm), una herramienta estadística avanzada que integra múltiples modelos predictivos para generar estimaciones más precisas(4,5). Este enfoque permite no solo obtener tasas de mortalidad estandarizadas por edad, sino también evaluar la variación de la mortalidad por localización geográfica y grupos de edad(4,5). Además, el GBD 2021 incorporó innovaciones metodológicas, como la inclusión de la mortalidad directa e indirecta asociada al COVID-19 y el uso de intervalos de incertidumbre para reflejar la fiabilidad de las estimaciones, proporcionando así un marco metodológico transparente y replicable que respalda la toma de decisiones basada en evidencia(1-3).
La Carga Mundial de Enfermedades No Transmisibles (ENT)
Las enfermedades no transmisibles (ENT) continúan siendo la principal causa de mortalidad a nivel global, representando una significativa carga de salud pública. Según el GBD 202, las ENT, que incluyen las enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas y enfermedades renales crónicas, fueron responsables de aproximadamente el 74% de todas las muertes globales en 2021, lo que equivale a cerca de 41 millones de muertes(1-3).
Las enfermedades cardiovasculares se destacaron como la principal causa de muerte, con la cardiopatía isquémica liderando las estadísticas, alcanzando 9.6 millones de muertes (16% de todas las muertes globales)(1-3). Las enfermedades respiratorias crónicas, incluyendo la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), causaron 3.3 millones de muertes, mientras que el cáncer contribuyó con 10 millones de muertes, de las cuales el cáncer de pulmón, colon, hígado, estómago y mama fueron los tipos más letales(1-3).
Además, la diabetes y las enfermedades renales crónicas mostraron un aumento preocupante en la mortalidad, con aproximadamente 2 millones de muertes combinadas en 2021(1-3). La pandemia de COVID-19 exacerbó estas cifras, no solo al aumentar directamente la mortalidad, sino también al afectar negativamente la atención de las enfermedades crónicas(1-3). El estudio destaca que durante los años 2020 y 2021, la mortalidad global experimentó un incremento del 5.1%, revirtiendo décadas de progreso en la reducción de las tasas de mortalidad estandarizadas por edad(1-3).
Estos datos subrayan la necesidad de priorizar estrategias efectivas para la prevención y el control de las ENT, especialmente en el contexto de la recuperación post-pandemia y la preparación para futuras emergencias de salud pública(1-3).
Resultados del Global Burden of Disease Study 2021 en Venezuela
Fuentes de datos:
Los datos del GBD 2021 para Venezuela se obtienen de la página web del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME), una organización independiente de investigación en salud global con sede en la University of Washington en Seattle, Estados Unidos. Fundado en 2007 con el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates, el IHME se ha convertido en una fuente líder de datos y análisis en salud pública a nivel mundial(6).
El IHME proporciona mediciones rigurosas y comparables de los principales problemas de salud del mundo, evaluar las estrategias implementadas para abordarlos y ofrecer información basada en evidencia para ayudar a los responsables de políticas de salud, organizaciones internacionales y gobiernos a tomar decisiones informadas(6). Uno de sus proyectos más destacados es el Global Burden of Disease (GBD), que ofrece un análisis integral de las causas de muerte y discapacidad en todo el mundo, permitiendo una visión detallada y comparativa de la carga de enfermedades en cada país, incluida Venezuela(6).
Para extraer los datos del Global Burden of Disease (GBD) por país desde el Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME), se utilizan principalmente las herramientas en línea proporcionadas por la institución(6). El proceso comienza accediendo a la GBD Results Tool en ghdx.healthdata.org, donde se configuran parámetros específicos, como la selección del país, la causa de enfermedad, la métrica (muertes, DALYs, YLLs, YLDs), el periodo de tiempo y los filtros por edad y género(6). Los datos pueden descargarse en formatos CSV o Excel para un análisis detallado(6).
Alternativamente, la plataforma Global Health Data Exchange (GHDx) ofrece acceso a estudios y bases de datos adicionales, permitiendo una búsqueda más detallada(6). Para automatizar el proceso, el IHME dispone de una API pública, ideal para programadores y analistas que prefieren integrar los datos directamente en sus flujos de trabajo mediante lenguajes como Python o R(6). Además, la herramienta GBD Compare facilita la visualización interactiva de los datos y la comparación entre diferentes regiones o enfermedades(6).
Resultados del GBD 2021 para Venezuela.
La carga de mortalidad por enfermedades no transmisibles (ENT) en Venezuela ha mostrado una evolución significativa tanto en hombres como en mujeres a lo largo de las últimas décadas. La figura presentada ofrece un desglose detallado de las defunciones, los porcentajes y las tasas de mortalidad por cada 100.000 habitantes en los años 1990, 2019 y 2021(6).
En 1990, las ENT representaban el 57% de las defunciones en hombres (28.952 casos) con una tasa de mortalidad de 309 por cada 100.000 habitantes. En las mujeres, las ENT constituían el 69% de las defunciones (26.178 casos) con una tasa de 277. Esta diferencia en la carga de enfermedad entre géneros sugiere una mayor vulnerabilidad de las mujeres a las ENT en términos proporcionales, aunque la tasa de mortalidad era mayor en hombres.
Para 2019, la situación evolucionó con un aumento considerable en el número de defunciones. En los hombres, las ENT causaron 79.150 muertes, representando el 73% de las defunciones en este grupo, con una tasa de 575 por cada 100.000 habitantes. En las mujeres, las ENT fueron responsables del 85% de las muertes (66.632 casos) con una tasa de mortalidad de 466. Aunque las tasas aumentaron para ambos sexos, la disparidad entre géneros en términos porcentuales se hizo más evidente, con una mayor proporción de muertes por ENT en mujeres.
En 2021, en un contexto marcado por la pandemia de COVID-19, las ENT continuaron siendo la principal causa de mortalidad. En los hombres, se registraron 81.099 defunciones (50% del total) con una tasa de 575. En las mujeres, las ENT representaron el 62% de las muertes (71.939 casos) con una tasa de 466. A pesar de la aparición de muertes relacionadas con COVID-19, las ENT mantuvieron su predominancia en ambos sexos, aunque se observó una leve disminución porcentual respecto a 2019 debido al incremento en las muertes por enfermedades transmisibles y COVID-19.
Estos datos destacan la importancia de abordar las ENT con un enfoque de género, reconociendo las diferencias en la prevalencia y mortalidad entre hombres y mujeres. Además, refuerzan la necesidad de políticas de salud pública robustas y programas de prevención dirigidos tanto a hombres como a mujeres, especialmente en el manejo de factores de riesgo modificables asociados con las enfermedades crónicas.
La presión arterial : ¿a partir de qué valor está alta?
La presión arterial tiene una relación directa, gradual y continua sobre el riesgo de enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular, infarto de miocardio, fibrilación auricular, enfermedad arterial periférica, enfermedad renal crónica (ERC) y deterioro cognitivo(4,13,15,19-23) (tabla 3 y 4).
Además, la presión arterial persistentemente elevada es el principal contribuyente individual de muerte y discapacidad por todas las causas en todo el mundo (18,20-22).
La “presión arterial elevada”; definida como cualquier cifra de presión arterial sistólica superior a 115 mmHg(15,18,20,23,24), representa el 45% de todas las muertes por enfermedades cardíacas y el 51% de todas las muertes relacionadas con accidentes cerebrovasculares (13,15,22,23,25). Estas dos entidades en conjunto son las mayores causas de morbilidad y mortalidad en todo el mundo (4,15,23,26-28).
Anualmente, hay más de 19 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares en el planeta, de las cuales 11.4 millones (53%) están relacionadas a complicaciones de la presión arterial persistentemente elevada (4,25).
Así, la relación entre la presión arterial y el aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) es gradual y continua, comenzando por debajo 115/75 mmHg, lo que se considera el rango normotenso(15,18,24).
El umbral de la hipertensión arterial
El término hipertensión arterial (HTA) indica un nivel de presión arterial elevada para el cual se ha demostrado que los tratamientos reducen los eventos clínico adversos(18,23,24). Este nivel de presión que define HTA es 140 mmHg para la presión sistólica y 90 mmHg para la presión diastólica (18,23,24).
De tal manera que, el término de hipertensión se relaciona con un rango de presión arterial relativamente arbitrario (18,23,24). No obstante, el diagnóstico de HTA se define en el consultorio en función de valores repetidos de presión arterial sistólica ≥140 mmHg y/o presión arterial diastólica ≥ 90 mmHg.
En las tablas 1 y 2 se muestran las clasificaciones de los diversos niveles de presión arterial comúnmente utilizados(18).
La prevención y el tratamiento exitosos de la hipertensión arterial son clave para reducir la carga de enfermedad y promover la longevidad en la población mundial(13,18,23).
En el tratamiento de la hipertensión, es importante considerar el riesgo previsto de ECV aterosclerótica (ECVA) de una persona más que el nivel de presión arterial solo, ya que las personas con alto riesgo de ECV obtienen el mayor beneficio del tratamiento de reducción de la PA (18,23,29).
Conclusiones y recomendaciones
En Venezuela, las muy preocupantes tendencias actuales de mortalidad prematura y discapacidad por enfermedades cardiovasculares (ECV) y las bajas tasas de control de sus factores de riesgo, como la hipertensión arterial (HTA) , son señales fuertes de que se necesitan enfoques nuevos y más efectivos para catalizar y fortalecer las políticas de prevención y control de estas afecciones a nivel poblacional.
Es importante destacar que la base de evidencia sobre cómo prevenir y tratar las ECV es posiblemente la más sólida para cualquier trastorno clínico; sin embargo, esta evidencia rara vez se aplica plenamente en las poblaciones(12,18,30).
La HTA es el principal punto de entrada para la prevención de la ECV. Esto se debe a (12,30-32):
1) la alta prevalencia y el riesgo poblacional de la HTA.
2) la evidencia muy sólida de que la reducción de la presión arterial (PA) es altamente efectiva para reducir la ECV,
3) los modelos de implementación que muestran que se pueden lograr mejoras marcadas en el control de la HTA, lo que lleva a una rápida reducción de la ECV,
4) la investigación que muestra que las intervenciones clínicas para controlar la hipertensión son altamente rentables en aquellos con riesgo moderado (10% a < 20% de riesgo de ECV a 10 años) y pueden ahorrar costos en aquellos con alto riesgo (> 20% de riesgo de ECV a 10 años).
Con sentido de urgencia, nuestro país debe acelerar la aplicación de estrategias sólidas de colaboración gubernamental y no gubernamental para prevenir y controlar las ECV, centrándose en la Iniciativa HEARTS de las Américas, enfocándose en la HTA como punto de entrada en Atención Primaria(33).
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