Ago 6, 2025 | Bioética Clínica

¿El ocaso de la ciencia­ en el siglo XXI? Bioética en tiempos de fraude organizado y simulación académica

¿Estamos presenciando el ocaso de la ciencia en el siglo XXI? Más allá de los avances tecnológicos, una amenaza silenciosa crece desde dentro: paper mills, mafias de autoría, artículos falsos publicados en revistas indexadas, editores corruptos y métricas manipuladas. La ciencia, que durante siglos se sostuvo sobre un pacto ético —decir la verdad, compartirla, revisarla— está siendo traicionada desde sus propias instituciones. El artículo de Richardson et al. (PNAS, 2025) revela que el fraude científico ya supera en velocidad a la ciencia legítima. Esta no es una crisis técnica: es una crisis bioética estructural. Porque cuando la ciencia miente, los tratamientos fallan y los pacientes pagan con su vida. La bioética debe alzar la voz: no basta con comités pasivos. Urge una ética activa de la producción científica, que restaure la verdad como bien común. Porque sin verdad, no hay ciencia. Y sin ciencia, solo queda la oscuridad.

¿El ocaso de la ciencia­ en el siglo XXI? Bioética en tiempos de fraude organizado y simulación académica

¿Estamos presenciando el ocaso de la ciencia en el siglo XXI? Más allá de los avances tecnológicos, una amenaza silenciosa crece desde dentro: paper mills, mafias de autoría, artículos falsos publicados en revistas indexadas, editores corruptos y métricas manipuladas. La ciencia, que durante siglos se sostuvo sobre un pacto ético —decir la verdad, compartirla, revisarla— está siendo traicionada desde sus propias instituciones. El artículo de Richardson et al. (PNAS, 2025) revela que el fraude científico ya supera en velocidad a la ciencia legítima. Esta no es una crisis técnica: es una crisis bioética estructural. Porque cuando la ciencia miente, los tratamientos fallan y los pacientes pagan con su vida. La bioética debe alzar la voz: no basta con comités pasivos. Urge una ética activa de la producción científica, que restaure la verdad como bien común. Porque sin verdad, no hay ciencia. Y sin ciencia, solo queda la oscuridad.

“El arte de la medicina consiste en observar, comprender y no mentir.” —

Claude Bernard

Resumen

En las últimas décadas, la producción científica ha experimentado un crecimiento sin precedentes. Sin embargo, paralelamente ha emergido un fenómeno preocupante: la proliferación de fraudes sistemáticos, autorías compradas, paper mills y manipulación editorial a gran escala. El artículo de Richardson et al. (1) documenta la magnitud y organización de estas prácticas que amenazan la integridad del conocimiento. Desde un enfoque bioético, este artículo reflexiona sobre la ruptura del pacto moral de la ciencia, las presiones estructurales que enfrentan los investigadores, y la necesidad urgente de una ética activa en la producción científica. Sostenemos que estamos en presencia de un ocaso ético del conocimiento si no se toman medidas urgentes para restaurar la veracidad, la justicia y la responsabilidad en el quehacer científico.

Introducción: una crisis más allá del error

El conocimiento científico ha sido uno de los pilares más nobles de la humanidad. Durante siglos, la ciencia avanzó no solo gracias al método, sino gracias a un pacto moral: decir la verdad, compartirla, someterla a revisión y reconocer el error. Ese pacto, hoy, está roto.

Estamos asistiendo —silenciosa y peligrosamente— al ocaso de la ciencia. No por falta de tecnología, sino por la erosión ética de sus fundamentos.

El artículo publicado en PNAS (Richardson et al., 2025) y las investigaciones recientes en Europa revelan lo que ya no puede negarse: mafias académicas, paper mills, ventas de autoría, manipulación editorial, métricas infladas, ciencia ficticia al mejor postor. Y todo eso, no en los márgenes, sino dentro de editoriales prestigiosas, universidades reconocidas y revistas indexadas.

No es solo un fraude técnico. Es una crisis bioética estructural. Porque cuando la ciencia miente, los médicos erran, los tratamientos fallan y los pacientes mueren. Porque cuando la carrera científica se convierte en simulacro, el joven investigador honesto es el primero en caer.

La bioética debe alzar la voz. No basta con comités de ética pasivos. Necesitamos una ética activa de la producción científica, una defensa radical de la verdad como bien público, y una reforma global que saque a la ciencia del mercado de la mentira.

Porque sin verdad, no hay ciencia.
Y sin ciencia, solo queda la oscuridad.

 

Del error al fraude estructural: una nueva escala de corrupción

El artículo de Richardson et al. publicado en PNAS en 2025 (1) demuestra que ya no hablamos de deshonestidades individuales. Estamos ante una economía paralela del conocimiento: producción masiva de artículos falsos, venta de autorías, manipulación editorial y sobornos a editores. Estas prácticas no son periféricas: operan desde plataformas globales y han infiltrado revistas reconocidas. La evidencia sugiere que el fraude crece más rápido que la ciencia legítima.

 

Presiones, simulación y defection: ¿el nuevo “normal” académico?

La lógica de “publica o perece”, la precarización laboral de los jóvenes científicos y los sistemas de evaluación basados en métricas como el h-index fomentan un entorno de simulación académica (3,4). Los autores del artículo emplean el concepto de defection desde la teoría de juegos: abandonar el comportamiento normativo no como un acto de maldad, sino de adaptación racional a un sistema injusto. Esto interpela directamente los principios bioéticos de justicia, equidad y responsabilidad (2).

 

Bioética de la producción científica: un campo en expansión urgente

Tradicionalmente centrada en la relación médico-paciente y la investigación en seres humanos, la bioética debe expandirse hacia una ética estructural de la producción científica (5). Esta debe incluir:

  • Reformas en los sistemas de evaluación académica (3,6).
  • Promoción de modelos colaborativos y transparentes.
  • Protección efectiva a denunciantes de fraude (7).
  • Educación en integridad científica desde el pregrado (8).

Sin una respuesta ética estructural, la medicina basada en evidencia pierde su fundamento (9).

 

Implicaciones para la medicina, la educación y la sociedad

El fraude científico no es un problema aislado de las publicaciones. Afecta directamente:

  • La validez de guías clínicas y tratamientos (9).
  • La formación de estudiantes y residentes.
  • Las políticas públicas basadas en evidencia (10).
  • La confianza ciudadana en las instituciones académicas (11).

El daño es epistémico, clínico y social. Es una forma de injusticia científica y moral.

 

Conclusión: entre la oscuridad y la restauración

La ciencia sin conciencia pierde su razón de ser. El legado de Claude Bernard nos recuerda que el conocimiento exige verdad, método y ética. Frente al riesgo de un ocaso ético del conocimiento, la bioética está llamada a defender la ciencia no solo como técnica, sino como acto moral.

 

Referencias

  1. Richardson RAK, Hong SS, Byrne JA, Stoeger T, Amaral LAN. The entities enabling scientific fraud at scale are large, resilient, and growing rapidly. Proc Natl Acad Sci U S A. 2025;122(32):e2420092122.
  2. Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos. París: UNESCO; 2005.
  3. Siler K, Larivière V. Who games metrics and rankings? Institutional niches and journal impact factor inflation. Res Policy. 2022;51(1):104608.
  4. Anderson MS, Ronning EA, De Vries R, Martinson BC. The perverse effects of competition on scientists’ work and relationships. Sci Eng Ethics. 2007;13(4):437–61.
  5. Resnik DB. The ethics of science: An introduction. New York: Routledge; 2005.
  6. Bornmann L, Mutz R. Growth rates of modern science: A latent piecewise growth curve approach. Humanit Soc Sci Commun. 2021;8:1–15.
  7. Teixeira da Silva JA, Al-Khatib A. Ending the retraction stigma: Encouraging the reporting of errors in the biomedical record. Res Ethics. 2021;17(2):251–59.
  8. Fanelli D. How many scientists fabricate and falsify research? A systematic review and meta-analysis of survey data. PLoS One. 2009;4(5):e5738.
  9. Bik EM, Casadevall A, Fang FC. The prevalence of inappropriate image duplication in biomedical research publications. mBio. 2016;7(3):e00809-16.
  10. Van Noorden R. How big is science’s fake-paper problem? Nature. 2023;623(7989):466–7.
  11. Mallapaty S. Elite researchers in China say they had ‘no choice’ but to commit misconduct. Nature. 2024;doi:10.1038/d41586-024-01697-y.